“Cuando conocimos la escuela, nos enamoramos de los espacios (un interior inundado de luz, una piscina cubierta maravillosa, un parque lleno de color y vida...) y de la filosofía del centro. Al entrar nuestra hija, confirmamos que habíamos tomado la decisión correcta, vivimos un proceso de adaptación completamente respetuoso con ella, y en los tiempos que tanto ella como nosotros necesitábamos. A partir de ahí, nuestras expectativas han sido superadas con creces. La vemos crecer de manera sana, en un ambiente único y especial, con unos magníficos profesionales, respetando siempre su individualidad y sus necesidades. (…) Es una escuela que recomendaríamos, sin ningún temor a equivocarnos, a cualquier persona, que tenga la felicidad de sus hijos como máxima prioridad”
— Silvia, mamá de Vega
“This school, the teachers and the group of children and parents who create the community have been an extraordinarily beneficial part of our lives. Every day, our daughter has both the chance to learn in a quiet, organized space, guided by teachers who encourage her independence and individual ability, and the opportunity to be free and wild in an incredible outside space where she can watch the birds, dig in the dirt and pick and eat fresh mint from the garden she helps take care of. She has created bonds with her teachers and classmates that we hope will last a lifetime.”
— Becca, mamá de Eva
“El primer día que llegamos con Nora a visitar la escuela, nos quedamos enamorados. El ambiente, la luz, la naturaleza y la tranquilidad que se respiraba, sentimos que era un hogar.

Durante la adaptación, todas estas impresiones se confirmaron mientras descubrimos que había mucho más detrás. Desafortunadamente el COVID puso fin a esta experiencia que duró solo dos meses. Pero ahora, con el nuevo proyecto, tenemos la oportunidad de volver a vivir esta escuela con nuestra hija”
— Javier, papá de Nora